Después de superar litigios entre productor y director, crisis financieras, deserciones, huelgas, un terremoto…y hasta una úlcera, el 21 de marzo de 2011 comenzó por fin el rodaje de El Hobbit, con Peter Jackson de nuevo a la cabeza. Después de los magníficos resultados que obtuvo con El Señor de los Anillos, es de suponer que se mantendrá fiel al estilo del primer trío de películas.
A primera vista, podría pensarse que este proyecto es más fácil que el anterior. El Hobbit es más breve, tiene un argumento más lineal, y entran menos personajes en escena. Además, hay mucha acción, y mucho campo para los efectos especiales, con lo que sería relativamente fácil que la película resultara entretenida.
Así sería, si se tratara solo de trasladar a la pantalla lo que se cuenta en el primer libro de Tolkien. Para eso bastaría una sola película, y no demasiado larga. Pero Jackson es mucho más ambicioso, y hará dos. Al parecer, no se conformará con contarnos El Hobbit, sino que además quiere relatar lo ocurrido desde que Bilbo vuelve a Bolsón Cerrado hasta la entrada de Frodo en escena, al principio de El Señor de los Anillos.
Tolkien dejó mucho escrito sobre esos años. Desde los apéndices de El Señor de los Anillos hasta todo lo que se publicó póstumamente con los comentarios y aclaraciones de su hijo, Christopher, hay material de sobra para elaborar una gran historia. Pero hay un problema: Tolkien no escribió esa historia. ¿Será capaz Peter Jackson de tomar la pluma del genio y continuar su trabajo sin defraudar a los admiradores? Espero que sí.
LEO Y VIVO 